Un nuevo estudio de la universidad inglesa Anglia Ruskin determinó que las personas con diabetes que además sufren de anorexia o bulimia tienen tres veces más probabilidades en comparación con otras personas en desarrollar una afección ocular llamada retinopatía diabética que puede causar ceguera y es uno de los efectos más temidos de la diabetes adulta.
Es por eso que quienes sufran de trastornos alimentarios deben hacerse exámenes de la vista con regularidad además de informarle al médico sobre estos padecimientos. Esto podría ayudar a salvar su visión.
Qué es la retinopatía diabética
La retinopatía diabética - explica el Dr. Eduardo Jorge Prémoli, M.N. 79.372 y M.P. 38.162, Jefe Servicio de Oftalmología del Hospital Italiano de Buenos Aires, Profesor Asociado del Instituto Universitario del Hospital Italiano y Docente de la UBA - se desarrolla cuando los niveles altos de azúcar en la sangre dañan los vasos sanguíneos de la retina, es decir la capa de tejido sensible a la luz en la parte posterior del ojo. Estos vasos sanguíneos pueden hincharse, filtrarse o cerrarse, bloqueando el flujo sanguíneo. A veces, crecen vasos sanguíneos anormales en la retina. Cualquiera de estos cambios pueden causar pérdida de la visión y, en última instancia, conducir a la ceguera. Si se tiene diabetes, o si algún miembro de la familia lo tiene, se debe consultar a un oftalmólogo anualmente para que se le realice exámenes de dilatación de los ojos, aconseja el médico.
La retinopatía diabética se puede descubrir incluso antes de que se note algún problema de visión en un chequeo oftalmológico. En etapas posteriores de la enfermedad, los síntomas de la retinopatía diabética pueden incluir:
- Ver manchas o hilos oscuros flotando en su visión
- Visión borrosa
- Visión que fluctúa de borrosa a clara
- Ver áreas oscuras o vacías en su visión
- Dificultad para ver bien de noche
- Notar que los colores parecen apagados o descoloridos