REFLEXIVO

José María Muscari abrió su corazón: “Hasta los 12 años la presencia de mi papá fue una tortura”

El director teatral dejó por un lado su excelente presente para tocar una etapa difícil, marcada por el bullying.

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José María Muscari atraviesa por su mejor momento artístico. El director teatral supo empezar de abajo para luego crecer y transformarse en uno de los referentes del mundo del espectáculo. Todo lo que toca lo convierte en oro. Sin embargo, para llegar a este presente que lo tiene con una sonrisa dibujada, tuvo que pasar por momentos complejos.

Muscari no pasó por una infancia fácil. Distintas situaciones que vivió, sobre todo con su padre y el bullying en el colegio, hicieron que viviera inmerso en un dolor profundo. Sobre esto reflexionó luego de abrir su corazón para dar detalles. Sabe que es una etapa cerrada, que quedó archivada, y que por eso la trae al presente, porque ya no le causa lo que en su momento.

“Desde el inicio de mi etapa pensante hasta los 12 años la presencia de mi papá fue una tortura. Me avergonzaba verlo aparecer en la escuela. Porque además de ser grande, era obeso y caminaba con bastón porque tenía gota; una especie de artritis producida por la concentración de ácido úrico en sangre. Por lo que debía soportar, como mínimo, comentarios del tipo: ‘Ahí vino tu abuelo a buscarte’. ¡Lo odiaba tanto internamente!”, comentó a Infobae.

Por otro lado, se refirió a la etapa que fue ambigua, a esa que puerta adentro no se condecía con la escolar pese a sus pensamientos más duros. “Todavía recuerdo esa sensación de querer que se muriese. Lo veía el gran culpable de cualquier bullying, no debía existir. Y él era más que amoroso conmigo”.

“Cuando me hice grande desperté de toda eso que había resultado una especie de pesadilla constante. De repente vi al padre que me había acompañado. Entendí el amor con el que me había permitido ser quien soy. Y me enamoré de él. Entre mis 13 y mis 33 años, cuando él murió, tuvimos un vínculo idílico”, comentó y agregó que siempre lamentó no haberlo disfrutado durante su infancia por culpa de lo que pensaban otros.