En Los 8 escalones de los dos millones aparecen historias. Todos los que van a competir tiene un deseo por cumplir y, en este punto, aparece de todo. Gente con la necesidad de hacer un viaje, otros que tienen deudas, cambiar el auto, arreglar la casa, hay de todo.
Pero en una de las últimas emisiones, apareció Matías, un joven de profesión albañil, que vive en Quilmes. En el comienzo, Guido Kaczka repasó a cada uno de los participantes y, cuando llegó a él, soltó: “Matías, que es albañil, trabaja haciendo changas, vive en Villa El Fortín, en el río, en Quilmes, está en pareja con Patricia, ¿y los dos millones para qué serían?”.
“Para hacerle una operación a mi bebé, tiene tapados los lagrimales”, le contó. Cuando le preguntó el nombre de su hijo, le respondió que se llama Laureano y en ese instante se quebró emocionalmente. “Uff, cuando hablamos de los hijos así nos pasa. Cualquier problema de los pibes…”, le dijo Kaczka, luego de acercarse y palmearle el hombro.
En ese momento, le contó: “Ese fue el motivo por el que vine. Le tienen que hacer una operación y ya recorrí los hospitales públicos, la Casa Cuna, el Garrahan y te dicen mandá mail, llamá por teléfono... pero no te atiende nadie. Tiene todos los ojos lastimados y eso me rompe el corazón, lo que me trajo hasta acá”.
Fue en ese momento que María Valenzuela, también conmovida por la historia, intervino: “Guido, si me permitís, yo conozco gente del Garrahan, así que me voy a poner en comunicación, y necesitaría los datos de Matías para que lo tengan en cuenta como urgente”.
Matías no logró el objetivo, llevarse el premio en efectivo. Ahora, seguramente, el gesto de Valenzuela será clave para que el bebé pueda llevar adelante esa intervención que, sin dudas le va a cambiar la vida.