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Salud femenina: ¿Cuáles son las enfermedades más frecuentes y cómo prevenirlas?

Si bien el bienestar integral de las mujeres depende de múltiples factores, la salud es un factor fundamental al cual debemos prestar atención a través de chequeos regulares con diversos especialistas.

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Debido a las diferencias biológicas y sociales, pertenecer a uno u otro sexo puede llegar a tener un gran impacto en la salud. “A diferencia de los hombres, las mujeres tienen situaciones de salud únicas, como por ejemplo, el embarazo, la menopausia y otras condiciones relacionadas con los órganos femeninos. Por ello, para prevenir enfermedades, favorecer la detección temprana de este tipo de patologías y cuidar la salud integral de las mujeres, es esencial realizar controles periódicos con un médico o médica de cabecera”, remarca la doctora Valeria El Haj, Directora Médica Nacional de OSPEDYC.

Para ello, la especialista señala que existen ciertos cuidados básicos que deben tenerse en cuenta para preservar el equilibrio orgánico, de acuerdo al género. “Pese a que las mujeres viven en promedio unos cuatro años más que los hombres, también son más propensas a padecer ciertas enfermedades. Un ejemplo son las patologías cardiovasculares que, si bien son consideradas un problema ‘masculino’, constituyen la principal causa de mortalidad entre las mujeres”, explica.

El Haj plantea además que, dentro de las enfermedades oncológicas, el cáncer de mama es la principal causa de muerte en mujeres de 20 a 59 años. También las enfermedades de trasmisión sexual pueden ser más graves en mujeres; y ciertas enfermedades como la osteoporosis y las infecciones del tracto urinario suelen afectar en mayor medida al género femenino.

A continuación, la doctora El Haj enumera algunas de las enfermedades más frecuentes en las mujeres y que, detectadas con tiempo, se pueden prevenir:

● Cáncer cérvico-uterino: a partir de los 21 años, las mujeres deben efectuarse el examen de Papanicolaou, más conocido como “PAP”. Este estudio sencillo permite detectar anormalidades celulares en el cuello del útero y detectar a tiempo la infección por el Virus Papiloma Humano (VPH), la causa necesaria del cáncer cérvico-uterino.

Cáncer de mama: es sabido que la detección temprana del cáncer de mama aumenta las posibilidades de cura. Para ello, el estudio que se debe realizar es la mamografía. En este sentido, todas las mujeres que tengan entre 40 y 69 años, aunque no tengan antecedentes personales ni familiares de esta enfermedad, deben realizarse una mamografía cada uno o dos años, según lo indique el especialista.

● Cáncer de colon: a partir de los 50 años se recomienda realizar un control con el médico especialista.

● Depresión-Ansiedad: no deben menospreciarse situaciones en las que la mujer se sienta desanimada, triste, abatida o haya perdido el interés o gusto por las cosas. Frente a esto, se recomienda realizar una consulta oportuna con un profesional de la salud mental para identificar el problema y las posibles soluciones o tratamientos.

Diabetes: esta patología suele ser más frecuente en mujeres y también puede afectar el corazón, el cerebro, los ojos, los riñones y otras partes del cuerpo. Un análisis de sangre sencillo permitirá identificar señales de alerta e iniciar un tratamiento adecuado, en caso de que sea necesario.

Infecciones de transmisión sexual: pueden generar complicaciones para la fertilidad, afectar al bebé, en caso de estar cursando un embarazo, y causar otros problemas de salud. Por ello, se recomienda a las mujeres sexualmente activas realizarse pruebas de detección de infecciones por clamidia, gonorrea, HIV, sífilis, etc.

● Osteoporosis: es una enfermedad que adelgaza y debilita los huesos, los cuales se vuelven frágiles y pueden quebrarse con facilidad, especialmente los de la cadera, la espina vertebral y la muñeca. Cualquier persona puede desarrollar osteoporosis, pero esta enfermedad silenciosa es más común en mujeres adultas mayores. Un examen de densidad mineral ósea es la mejor manera para controlar la salud de los huesos.

● Enfermedad cerebrovascular: los factores de riesgo cardiovascular, como el colesterol elevado, la hipertensión arterial, el tabaquismo, el sedentarismo y la obesidad, son los mismos para hombres y mujeres. No obstante, después de los 75 años esta enfermedad es más frecuente en mujeres y la mortalidad es mucho mayor en ellas.

“Muchos de los peligros más importantes que amenazan la salud de la mujer se pueden prevenir; es responsabilidad de los profesionales de salud, aprovechar cada instancia de consulta para asegurar su bienestar físico y emocional”, concluye la doctora El Haj.