Hija de artistas, licenciada en ciencias políticas de formación y comunicadora por elección, Marina Calabró tiene muchos años de experiencia en el medio y conoce como nadie el juego mediático. Ha desatado polémicas con sus opiniones y también las ha respondido porque entiende las reglas y las acepta pero también, elige cuando mantenerse al margen.
Justamente entre esas decisiones, hay una que llama la atención. En una era en la que las redes sociales marcan agenda y todos los que quieren estar conectados las usas, Marina desiste de Twitter, una de las pioneras en la materia. En una entrevista con Infobae, confiesa que lo decidió así para preservarse.
"Me jode la crueldad y por eso no tengo cuenta de Twitter. No me la banco y lo reconozco, no te la voy a caretear. Hay gente ahí, con nombre y apellido que no conozco y ni sé por qué me agreden. Me parece que uno tiene derecho a decir “compro o no compro” o a decir “me someto o no me someto”. También conozco un montón de gente que ya ni te diría les resbala: ni se enteran. Pero a mí todo me duele, me afecta".
También sorprendió al confesar que jamás pone su nombre en un buscador, mucho menos en la red del pajarito: "Yo armé una cuenta sólo para seguir postales de opinión, para tener la info concentrada ya que me viene bien cuando estoy al aire en un noticiero pero nada más. Nunca me googleo, nunca pongo en Twitter “Marina Calabró” porque no quiero leer. Vos podés tener tu opinión sobre mí y expresarla pero yo tengo derecho a no querer saber lo que opinás de mí".